jueves, 18 de junio de 2009

viaje a Jamburá

13 de junio de 2009
Jambura
Rajasthan
Día 17
Viaje a Jamburá

Mi amigo Shuresh me invitó a conocer a su familia y su aldea, Jamburá, en el interior del Rajasthán. Una invitación deliciosa, imposible de resistir.
Salimos al mediodía desde Udaipur, yo en el autobús con dos sobrinitos de Shuresh (Shuresh es el diminutivo de Surya, que significa Sol, así que viene a querer decir solcito, no parece un nombre muy masculino si uno lo traduce, pero en hindi Shuresh suena bien), y él con su esposa en su motito vespa special (certamente non per gli coli bolognesi, ma è vero che una special ti tolia i problemi!). En su vespa él podría haber ido muchísimo más rápido pero, creo que para que yo estuviera cómodo él iba todo el tiempo al lado del autobús o un poco atrás o un poco adelante, un gesto innecesario, pero tan generoso y amable, en fin, esta gente es increíble para mí.
Unas palabras sobre la infraestructura vial en el Rajasthán: es extraordinaria. Los caminos son, como es debido, mantenidos por el gobierno, por lo tanto no hay peajes ni nada parecido. La calidad fue, durante todo el viaje de ida, entre buena y excelente. No son caminos anchos, son de dos carriles divididos imaginariamente, es decir, no hay si quiera una línea pintada que divida las dos direcciones. Esto podría parecer peligroso, sobre todo si uno suma vacas, monos, camellos, bicicletas, peatones y una cantidad de participantes de toda naturaleza y color, pero no lo es por una razón muy simple: durante todo el viaje el vehículo no pasó de los 60 km por hora, y en realidad el promedio de velocidad debe haber rondado los 45 como mucho. A esa velocidad no hay choques y si hay alguno no será tan grave porque habrá tiempo para frenar bastante. Alguno dirá ¡pero a esa velocidad no llegás nunca! pero es al contrario, a esa velocidad llegás seguro, así que para mí fue otra lección en la inteligencia del pueblo indio. No vi por ningún lado tampoco policía caminera ni nada parecido, el tránsito se auto regula con altas dosis de paciencia, sonrisas, amabilidad y agilidad, los conductores van muy atentos y son muy rápidos para maniobrar finito.
El autobús se parecía mucho a uno de los viejos Mercedes 1114 que se usaban en Buenos Aires para el transporte público hasta hace unos años y que todavía se ven en las líneas de barrio, pero, como casi todos los vehículos, la maquinaria agrícola y los trenes, no era Mercedes si no Tata, la industria colosal de la India. Como todas las ventanillas van abiertas y el conductor para cada tanto para llenar botellas de agua que circulan después entre los pasajeros, uno no extraña el aire acondicionado, para nada. El Tata se llena a su capacidad real, es decir, el único límite es la física, el Tata se llena de verdad. Además del conductor, hay otros dos hombres que se ocupan de cobrar los pasajes, baratísimos por otro lado, y acomodar o, más bien, compactar a los pasajeros. Uno viaja inevitablemente en contacto corporal con tres o cuatro personas, pero, por lo que vi, la gente aquí se adapta a la falta de espacio comportándose como si todos fueran familia, es como si todos en el Tata hubiéramos sido primos compartiendo una camioneta familiar demasiado compacta. El mismo contacto corporal que uno aceptaría de un primo, o un hermano, acá uno lo acepta de un desconocido, pero que se comporta con simpatía y delicadeza, como un familiar no muy lejano.
Una cosa es sorprendente, no sentí hasta ahora en todo mi viaje, ni una sola vez, algún olor corporal ofensivo, y yo soy maniáticamente sensible del olfato eh, pero nada, nada de nada, increíble, y tengo que aclarar que el calor acá te cocina. Lo que sí, tengo la gran fortuna de ser un poco duro de oído, porque si fuera sensible a los ruidos molestos ya estaría internado en un psiquiátrico, el nivel de ruido en la India es completamente delirante, yo lo soporto bien porque soy medio sordo, gracias a Dios.


Gordo Kury

1 comentario:

  1. Que linda sonrisa tienen esas indias ¿Sonríen siempre así o es porque las estás fotografiando?
    Las fotos son estupendas.

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