viernes, 19 de junio de 2009

Jamburá, la tierra de los Mina




15 de junio de 2009
Jambura
Rajasthan
Día 19
Jamburá, tierra de los Mina

La familia de Shuresh es maravillosa, en la casa faltaba el hijo mayor porque trabaja en un hotel de Udaipur, como casi todos los varones de la aldea. En su lindo rancho viven sus dos hijas y su mujer, las tres trabajan todo el día en las labores de la casa, en cuidar las cabras, cocinar, en fin, se levantan dos horas antes para que todo esté perfecto, y lo está, es una casa y una familia completamente armoniosa. Las mujeres trabajan muchísimo y se espera de los hombres que provean seguridad, bienestar y dinero. Los roles están bastante claros, pero no son completamente infranqueables. Tengo que decir que si uno sigue pensando, como yo y algunos pocos viejos conservadores, que la familia es la más básica unidad de la sociedad y no el individuo, entonces el sistema funciona maravillosamente. Ahora, desde el punto de vista individual hay cosas que pueden chocar bastante como el matrimonio arreglado o el papel de la mujer, que ellas desempeñan tan bien y con tanta dignidad, pero que en nuestro mundo parecería un poco duro. La verdad es que las familias Mina parecen felices, muchísimo más que cualquier familia que yo conozca en Europa o Sud América, muchísimo más, incluidas las mujeres. Los niños Mina son sanos e inteligentes y, en comparación, nuestros niños de ciudad parecen locos, y posiblemente lo están, y cómo no estarlo con los años de institucionalización forzosa en los campos de reeducación que llamamos escuelas y las varias horas diarias de hipnosis televisiva y videogames. Estos niños ayudan en las labores del campo y de la casa, lo hacen bien y con orgullo, se divierten haciéndolo, pasan todo el día con sus vecinos niños y con sus familias, bajo el sol, al aire, en patas; en los cuatro días que pasé en Jambura no vi ni un solo niño llorar, ni un sólo adulto corrigiendo o regañando a un niño; no es necesario, son niños muy educados y respetuosos y reciben respeto por parte de los adultos. Realmente, para mí, todo en este mundo de los Minas parece correcto; sacando lo del matrimonio arreglado que yo no puedo tragar, aunque funciona mejor aparentemente que nuestro matrimonio emocional, pero aún así cuando no funciona debe ser una carga tremenda. Existe la separación, conocí un caso en que una mujer se cansó de su familia y abandonó al marido y su niño de menos de un año para volver con sus padres. El marido se casó de nuevo y tiene varios hijos con su nueva mujer. La separación fue decisión de la mujer, desconozco los motivos, pero en cualquier caso se quiso ir y se fue y en la casa de sus padres fue bien recibida y respetada. Estos casos se dan entre los Mina porque son una sociedad tribal, entre los hindúes no es tan fácil y entre los musulmanes se complica más todavía. Entre los Mina también es aceptado, aunque no vi ni un sólo caso, el matrimonio múltiple y la infidelidad es común aunque reprobada. El sexo fuera del matrimonio es tabú, pero existe, clandestinamente, pero existe. Al arreglar el matrimonio de una hija, su familia debe ofrecer dote, que puede ser una carga pesada. Yo todavía no entendí porqué alguien querría pagar para que se lleven a su hija de la casa, incluso si uno piensa en la mujer como objeto comerciable (y es bastante así aquí), aún así es difícil de entender, porque las mujeres son realmente útiles y productivas, hacen una labor excelente y son trabajadoras fuertes e incansables ¿por qué alguien pagaría para deshacerse de ellas? no tengo la menor idea, pero así es como funcionan aquí las cosas, triste pero cierto.
En este primer día no hicimos mucho porque llegamos a media tarde, pero Shuresh me mostró los árboles sagrados de la aldea, protegidos por Khalí, hicimos nuestro pújá a Khalímá por supuesto, con total sinceridad y respeto, en verdad el lugar es tan sobrecogedor que mueve a una reverencia profunda por la divinidad que todo lo impregna. Luego subimos la montaña que bordea la aldea y en el camino cruzamos una familia de langures y montones de pavos reales que son autóctonos de esta región y que son respetados, por lo tanto, prosperan. desde lo alto de la montaña se divisan otros tres valles donde otras tres aldeas Mina también prosperan. nos quedamos viendo la puesta del sol y palpitando la llegada tan esperada del Monzón que era simbolizada por los enormes cumulus nimbus del horizonte. Al volver a la aldea los langures estaban en el árbol de Khalí, gritando como locos y Shuresh pensó que eso indicaba que el tigre que vive en la jungla remanente de una montaña cercana posiblemente estaba bajando, los monos lo sienten a kilómetros según me dijo. Esa noche dormimos en el techo, bajo un cielo indescriptible. A la mitad de la noche el Monzón nos despertó a baldazos de agua tibia y terminamos de dormir con las cabras porque dentro de la casa hacía demasiado calor. A la mañana siguiente los vecinos confirmaron que el tigre había estado en la aldea.


Gordo Kury

1 comentario:

  1. He... Muito feliz de te ver. Parece saudável e feliz. Boa jornada, amigo.

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