miércoles, 10 de junio de 2009

Bandadas y prejuicios

10 de junio de 2009
Chandra Pol, la Puerta de la Luna
Udaipur
Día 14
Bandadas y prejuicios


Cada atardecer, entre las 8 y las 9, una enorme bandada negra sale de la montaña justo detrás del palacio donde vive el MaháRája, el Príncipe de Udaipur. La negra bandada se extiende por kilómetros haciendo cada atardecer el mismo recorrido sobre el lago y más allá hacia el horizonte. Cada mañana, entre las 8 y las 9, la bandada retorna por el camino inverso. Los integrantes son enormes animales del tamaño de gaviotas, pero negros, y son miles y miles, cientos de miles, tardan más de cuarenta minutos en pasar sobre mi terraza. Pero no son aves, no señor, son los murciélagos más enormes que haya visto nunca en mi vida, enormes, y son tantos, Dios mío, este país no para de sorprenderme.

Sobre los pájaros; el que parece un benteveo (bicho feo, martín pescador), pero que canta con una nota más (bicho fulero bicho fulero) es de color azul, hoy lo vi finalmente, es exacto el benteveo nuestro pero de un azul exuberante. El que parece un tero es igualito al tero pero con el pico colorado.

Por extraño que parezca, desde que estoy en Udaipur, sólo vi un único mosquito, y no fue lo suficientemente rápido el desgraciado animalito.

Está lleno de ardillas; está tan pero tan lleno de ardillas que uno tiende a dejar de notar su presencia. Como decía Borges, en el Corán no hay camellos...

Frente a mi casa hay una isla donde anidan las garzas. Digo yo que son garzas, son unos pájaros enormes y un poco desgreñados, y son, también, miles y miles. La vida es riquísima aquí, desbordante, tanto en población como en diversidad. Lo que menos hay, y me sorprende, son insectos, no hay casi moscas, poquísimas y bravas hormigas rojas diminutas, furiosas, no vi ni una sola cucaracha, no vi ratas tampoco, en fin, la verdad, cualquier prejuicio que uno pueda traer sobre la india, en Udaipur se cura más rápido que ligero.


Gordo Kury

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