domingo, 31 de mayo de 2009

National Museum, pulis(a) y lama vendedor

30 de mayo de 2009
Majnu-ka-Tilla
Delhi
Día 3


Hoy salí tempranito y se ve que es cierto el refrán que dice que al que madruga, Dios lo ayuda. Me fui a la estación de trenes de New Delhi y compré rápido mi pasaje a Udaipur, la ciudad azul, salgo mañana a la noche.
Conocí el metro, es modernísimo, al menos tan moderno como el de Barcelona, pero más amplio es sus espacios, más lindo, más limpio y, a misma densidad de ocupación, con mucho mejor olor. La gente acá es limpísima, hasta a los más pobres de los homeless uno los ve bañarse en cualquier canilla, en público, sin mostrar nada púdico. La barba cuidada, el pelo bien peinado, el cuerpo limpio, la ropa limpia y planchada. Yo estoy tratando de seguir el ejemplo, pero, en cuanto a la barba, no voy nada bien, porque aún no conseguí que nadie me dijera dónde puedo comprar maquinitas para afeitarme, así que voy con tres días de atraso.
Antes de que abriera, ya estaba yo en la puerta del National Museum, uy qué museo, tiene una colección histórica impresionante, sobre la civilización harappiana está todo ahí, todas las estatuillas que uno viene estudiando por fotos desde hace 15 años, están todas ahí, algo que los británicos no se llevaron ¿se habrán ido apurados o no se dieron cuenta del valor cultural que tiene todo eso? esos saqueadores de almas se llevan siempre todo para londres sin dejar atrás más que despojos, parece que en el museo de Bagadad también se habían dejado piezas importantísimas, pero con esa colección acabaron los muchachos de Bush en los primeros 5 minutos de la guerra. Ah, el museo entero tiene olor a yodo, como los hospitales.
Recorrí muerto de calor un boulevar enorme, que debe tener unos 5 kilómetros, todos de parque, entre la India Gate, que es un arco que recuerda la participación de la India en la Primera Guerra Mundial y el Rashtapati Bawan y los edificios del Parlamento, una zona que, al menos hoy, sábado, parecía de lo más serena. Pregunté a un grupo de policías militares por un poco de orientación y me mostraron en mi mapa miles de cosas interesantes, con mucho orgullo por su ciudad y su país, y muy cordiales conmigo, me estuvieron explicando cosas durante unos 20 minutos y yo después les quise dejar una platita para que se tomaran un refresco, y levantaron las cejas moviendo las manos en cortés rechazo y diciendo nooooo, that is not required sir! qué puedo decir, este pueblo es encantador, paciente, simpático, honesto, si uno entiende sus códigos y yo estoy poniendo todo de mí por entender y creo que, poquito a poco, voy entendiendo y estoy encantado.
Por concejo del grupo de policías (ah, perdón por la disgresión, pero yo por mis estudios de sánscrito entiendo el alfabeto devanagari, que es común al sánscrito y al hindi, por eso leo bien los carteles, y en los autos de policía dice en hindi algo que se lee pulis(a), con la a final muda, que debe ser police pronunciado por ellos, y en los del metro dice medro, es muy simpático), bueno, por sugerencia de la pulis(a), me fui al zoológico (que pronuncian shú). Es muy bueno, está en un parque enorme, así que hay que caminar mucho entre bicho y bicho, pero está muy bien, lo que sí, para mí era más interesante lo que había fuera de las jaulas que adentro, y la gente parece estar de acuerdo, lo que más les llamaba la atención era el mono blanco de un metro ochenta y cuatro que iba por ahí con su camarita.
Bueno, desde el último párrafo salí a dar una vuelta por la colonia tibetana porque era buena hora para llamar tanto a Barcelona cuanto a Buenos Aires, no hubo suerte, no funcionan las líneas, pero en compensación encontré un kiosco atendido por un lama (!) que vende todo tipo de cosas para el baño, entre ellas, maquinitas de afeitar marca SuperMax, así que ya mañana volveré a ser yo, sin dejar de ser el mono blanco y largo que se pasea por el calor de Delhi.
P/D: mañana intentaré conseguir un pendrive y una internet móbil de conexión USB, puede que sea mucho pedir, pero... como everything is possible


Gordo Kury

El precio de la lección

29 de mayo de 2009
Majnu-ka-Tilla
Delhi
Día 2


Hoy sí que hice todo mal, pero al final salió todo lindo, delicioso, así que, como repiten acá ante cada cara de sorpresa “don guori, nou problem, evritin is pósibol”, son una gente divina.
Macanas que me mandé: a pesar de lo que sé desde hace años y de lo que todos los que dan buenos consejos aconsejan, me relajé y me dejé llevar por el conductor del tuc tuc (el triciclo motorizado maravilloso que es como un cohete) a otro lugar, yo dije a dónde quería ir y el tipo me dejó en otro punto diciéndome que habíamos llegado, yo sospeché, no me parecía que pudiera ser ahí, pero no me animé a discutir, big mistake! Cuestión que como el flaco este me largó en cualquier lado yo quedé a merced de los depredadores y terminé pagando un montón de dinero y perdiendo medio día en cosas que en verdad no quería hacer, en fin, el precio de la lección, pero fue divertido sin embargo y cuando los lobos terminaron conmigo me dejaron otra vez donde les venía bien y esta vez yo casi que agradecí al señor que al fin me dejaran tranquilo ( y jurando que no me dejo agarrar nunca más) y aparecí a poca distancia de un lugar de otro mundo: el Fuerte Rojo. Espectacular, me pasé todo el resto del día ahí adentro, impresionante, de lo que fue otrora un fuerte, quedan hoy las formidables murallas y dentro un parque inmenso con distintos palacios de las mil y una noches, todo hecho de mármol labrado como si fuera el más fino encaje y, en las paredes de mármol blanco, incrustaciones de otros mármoles, rojos, verdes, azules, dibujan plantas, flores, pájaros, como dirían en Barcelona “tujuro noi” es increíble, un sueño. Y la gente, los turistas indios de todo el país, van en familia, todos vestidos con sus mejores ropas, era de verdad, como estar en las mil y una noches, pero de día. Lo más simpático es que yo era una curiosidad exótica para ellos y todo lo que hiciera despertaba mucho interés, me sentí muy raro, pero no incómodo. Constantemente alguien se me acercaba y me decía lo mismo, pero calcado, que ya me habían dicho otros quinientos: good afternoon sir, what’s your name? where are you from? oh, argentina, beautiful country! todos, todos ¡todos dicen lo mismo! me hacen reír muchísimo, hay una especie de inocencia y mucha curiosidad y simpatía, cuando me ven en el tuc tuc o en un rikshaw (esos taxis de bicicleta que me encantan, un duro trabajo para el ciclista, pero se gana la vida mejor que varios que uno ve por ahí, acá y en casa), decía, cuando me ven en uno de esos, muchos me saludan o me sonríen, la verdad, son un encanto, hasta compensan a los cretinos que me atraparon toda la mañana.
Volviendo al Fuerte Rojo, está más lleno de pájaros aún que el resto de la ciudad y eso es muchísimo decir, y hay más ardillas también. Justo estaba filmando una ardillita de lo más simpática para compartir con ustedes y me apareció delante de la cámara una chiquita preciosa, de unos ocho años, con su hermanita de cuatro, con unas sonrisas que sólo acá se ven. Mucho inglés no hablaban, pero yo ya sabía lo que querían saber, claro, así que nos comunicamos en una especie de hinglish improvisado por los dos lados y muchas sonrisas, le di la cámara y quedó loca de contenta filmando un ratito, fantástica esta gente, no apareció ninguna madre asustada ni represora, de hecho, no apareció ninguna madre, los niños de este país se van a ahorrar tantas neurosis...
Sigo sin encontrar una forma de enviar todo esto, pero mañana me voy al centro otra vez y seguro que encuentro, no problem, everything is possible!


Gordo Kury

Recién llegado

28 de mayo de 2009
Majnu-ka-Tilla
Delhi
Día 1


Acá estoy, ya son las nueve y media de la noche y llegué al medio día. Estoy, por primera vez, en la India. Aunque, debo aclarar, no estoy más que geográficamente en la India. Resulta que estoy hospedado en una colonia de refugiados tibetanos, lo que vendría a ser un barrio de tibetanos, yo estoy en la nueva colonia y al lado está, apropiadamente, la colonia antigua. Estos barrios tienen dos entradas cada uno y por dentro tienen su propio trazado de calles, como si fuera un gueto.
Estoy pletórico, me acabo de comer el mejor mango que probé en mi vida, la gente me encanta y el calor, bueno, el calor es sólo apto para los que les gusta mucho el calor, es una cosa más bien violenta, como cuando uno arma una fogata y para que encienda sopla: ese calor que te viene a la cara cuando lográs que se encienda la fogata, ese es el calor que hace acá, delirante y embriagador, se junta con el olor a frutas maduras o más que maduras y algún otro olor no tan bueno pero tampoco tan malo.
Hasta ahora no conozco nada fuera de la colonia salvo lo que vi desde el taxi en los cuarenta minutos desde el aeropuerto hasta acá. Pero desde el avión pude ver durante horas un paisaje marciano, impactante, el gran desierto del Tar lo abarcó todo de horizonte a horizonte durante horas. Después, la nítida frontera entre ese desierto y otro desierto, del mismo color pero que no era de arena si no que parecía tierra arrasada, con lechos de ríos secos y una tremenda erosión, sin embargo en este otro paisaje, increíblemente, había aldeas en cada valle. La tierra de fue volviendo más fértil, con aldeas que se veían más prósperas y todo parcelado y cultivado, después la tierra se dividió en dos partes, una mitad tierra cultivada y habitada, la otra desierto, ya no rojo como antes si no blanco. La frontera del desierto es nítida, muy impresionante. Otra cosa que se nota desde el aire es la potencia de la India, la infraestructura es colosal, caminos, diques, generadores, barrios de planificación estatal, industrias...
Tuve oportunidad de experimentar el tránsito. Es verdad que es loco, pero nadie choca, no vi a nadie ofuscado ni nadie gritando, funciona, y sin policías dirigiendo ni multando, sin semáforos (el fierrito está pero no tiene luz), sin carriles, y así es, una especie de anarquía que funciona. Es loquísimo ver que van en las dos direcciones, o, más bien, en las mil direcciones porque salen en diagonal también de todos lados, pero van bien, parece que manejaran como se camina en lugares congestionados, si uno va apurado va haciendo zigzag, va en diagonal, apura el paso, frena en seco, lo que haya que hacer, cruza cuando puede con la luz que haya, en fin, es igual pero en auto, o en camión gigantesco, o en bicicleta, o en moto con tres pasajeros, o en rikshaw, o en moto-rikshaw, o en carro de buey. Y si uno es peatón cruza cuando quiere o cuando puede, por dónde quiera o por donde pueda, zigzagueando, en diagonal, a los saltos, pero cruza. En fin, hasta ahora todo me parece completamente fascinante.
No encontré todavía un cibercafé que me permita conectar mi computadora, pero mañana me voy al centro de Delhi y ahí veré qué se puede hacer; mientras seguiré escribiendo y cuando consiga un lugar o una conexión podré mandar y recibir.
Por ahora eso es todo, estoy muy feliz


Gordo Kury

domingo, 24 de mayo de 2009

Diem minus quattuor

Estamos en el día minus quattuor del viaje a la India.
Faltan todavía algunas preparaciones.
Veremos cómo se sigue.
Por lo pronto ya tengo la reserva de hotel para la primera semana en Delhi, que pinta espantosa ¡ánimo! El hotelito sin embargo parece interesante, está en un barrio de exiliados tibetanos y frente al río sagrado Yamuná. Es una habitación sin aire acondicionado pero con baño privado, no me puedo quejar.
Hasta ahora fui superando todos los obstáculos que se fueron presentando, así que me siento capaz de prácticamente cualquier cosa... se verá.
Puedo decir casi con seguridad absoluta que soy el primero de mi linaje familiar que llega a la India, por lo menos en varios siglos, esto me impresiona.
Es la tierra con la que más de uno ha soñado despierto, la de Sandokán, Kiplin, Kali, Shiva, la de Gandhi, la del tigre de Bengala, la tierra de los elefantes y las especias.
La única vacuna que me apliqué fue una contra la culpa burguesa frente a la miseria y unas pastillas que me tomé también contra la ingenuidad occidental ante el Oriente. Ahora que lo pienso mejor, más vale que me tome un jarabe para la paciencia con los mosquitos-gorrión y las cucarachas-chiguagua.
Me llevo conmigo la estampita de Nuestra Señora del Perpetuo Asombro, eso sí, para que me ampare en todo momento.

Planes para el primer mes: primera semana en Delhi para aclimatación, primer impacto y matrícula consular ante la embajada argentina.
Primeras filmaciones en las cercanías de la capital, notoriamente el templo de Kajuraho y el Taj Mahal.
Encontrar un buen maestro de sánscrito en Varanasi, antigua Benarés, ciudad sagrada de Shiva, a las márgenes del Ganges, donde los hindúes prefieren morir. Una vez encuentre quien un maestro que me ayude a perfeccionar el sánscrito menos que mediocre que tengo, pienso alquilar un departamento y establecerme por un mes o dos.  
Es verano en la India y esta es una de las ciudades más calurosas, así que tendré que confirmar todo esto in situ.
El resto de los planes para los primeros seis meses es, básicamente, empezar las entrevistas y la filmación del docuental sobre los orígenes del Yôga en Rishikesh y Haridwar; esta etapa durará un mínimo de dos meses y probablemente se extienda más, cuánto más no puedo decir... pero al menos ya hice contactos con personas muy interesantes que pueden resultar importantísimos para el proyecto.
Los siguientes pasos están sólo esbozados porque las variables posibles son tantas que resultaría contraproducente fijarse una agenda estricta, pero, esquemáticamente, me planteo ir hacia el sur por la costa del índico hasta Lothal, el yacimiento arqueológico donde están los restos del principal puerto comercial de la civilización del valle del Indo, que dio origen al Yôga. Según cómo esté la situación política en Pakistán, sería importante acercarse hasta los yacimientos de Mohenjo Dharo y Harappa, pero me parece bastante improbable.
En ese punto ya habrán con facilidad pasado 5 meses y me quedará sólo un mes de estancia legal en la India, por lo tanto ya será hora de preocuparse por renovar la visa por otros 6 meses; seguramente habrá que cruzar a otro país. Según dónde me encuentre, cruzaré al Tíbet o a Sri Lanka y de ahí a Kerala para pasar al menos una semana en las Back Waters y luego a Tamil Nadú, Pondicherry, Madrás (hoy Chennai) y Auroville, donde filmaré el otro documental. 
Esto es lo que me planteo, pero en las previsiones no tuve en cuenta cosas importantes como el Monzón por ejemplo, así que veremos adónde termino y cuándo...