jueves, 19 de noviembre de 2009

Los Dioses Abandonan a Antonio

20 de noviembre de 2009
Thamel, Bahadur Bhawan
Kathmandu
Nepal
Mes 6.4


Los Dioses Abandonan a Antonio

Cuando de pronto, a medianoche, oigas
pasar el tropel invisible, las voces cristalinas,
la música embriagadora de sus coros,
sabrás que la Fortuna te abandona, que la esperanza
cae, que toda una vida de deseos
se deshace en humo. ¡Ah, no sufras
por algo que ya excede el desengaño!
Como un hombre desde hace tiempo preparado,
Saluda con valor a Alejandría que se marcha.
Y no te engañes, no digas
que era un sueño, que tus oídos te confunden,
quedan las súplicas y las lamentaciones para los cobardes,
deja volar las vanas esperanzas,
y como un hombre desde hace tiempo preparado,
deliberadamente, con un orgullo y una resignación
dignos de ti y de la ciudad
asómate a la ventana abierta
para beber, más allá del desengaño,
la última embriaguez de ese tropel divino,
y saluda, saluda a Alejandría que se marcha.

Constantin Cavafis


Primero las noticias agrias. Hoy me presenté ante las autoridades de la embajada de la India en Katmandú. Aparentemente la visa que yo tenía era especial, pero nadie me lo había dicho. Parece ser que la visa que yo tenía me permitía entre otras cosas trabajar legalmente, y yo pensaba que lo estaba haciendo de forma ilegal. Podía también ser renovada cada seis meses sin salir de la India, no sé ante qué autoridad había que presentarse, eso sí. Cuestión que ahora me anularon esa visa y me dieron una visa normal de turista con una duración máxima de tres meses. Yo pedía seis. Así que me quedé desconcertado. Es muy pronto para decir si es una buena noticia o una noticia mala, pero seguro que al cabo de esos tres meses dejaré la India.
Esta noche y a la mañana había habido presagios de que las cosas no saldrían como yo esperaba.
Sorprendentemente, mientras escribo esto, en un lindo bolichito donde sirven una sopa fabulosa, suena Mercedes Sosa cantando Alfonsina y el mar, de Féliz Luna. Triste y final. Argentina. Pucha con las coincidencias. Y sí, es un ciclo que termina.

En compensación, el tío Leo, con su delicadeza, bondad, consideración y generosidad habitual me compró pasajes de avión de Katmandú a Delhi y de Delhi a Udaipur, así no tenía que repetir la experiencia de Odiseo. Con tacto delicado no me consultó, compró y mandó. Cómo decir que no. Y viene tan bien, es tan reconfortante no volver, además de derrotado, plegado. Mil gracias querido, de corazón.

Y sigue cantando la negra... la cigarra, sólo le pido a dios, y sigue y sigue, desde donde esté, canta en vivo, con León Gieco y con Charly García. Canta cuando ya me empiece a quedar sólo., canta volver a los diecisiete.
En fin, falta sólo que se largue a llover y que me llame mi madre por teléfono. No hay nada que hacer, por más lejos que me vaya soy porteño y la melancolía tiene un gusto dulce también para mí, la evito, me escapo, le quito el cuerpo, pero, como dice mi viejo “al que nace barrigón, es al ñudo que lo fajen”

Gordo Kury

3 comentarios:

  1. me mataste chavon!


    pilas y un fuerte abrazo

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  2. No hay dudas de que sos porteño. El amigo al que lo deja la novia por un nepalés bueno y buen mozo, vos que volvés a la India derrotado y todo con fondo de Mercedes Sosa...es un tangazo, varón.
    A Antonio no le fue bien, pero vos no estés tan seguro de que la Fortuna se fue. Uno nunca sabe con las minas, por ahí es una voltereta nomás. ¡Caca, corazon, cabeza! Quien sabe a donde vas a ir luego.

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  3. sí, sí, gracias, ya sé, no pasa nada, seguimos viaje
    gracias eh

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