lunes, 6 de julio de 2009

peculiaridades, normalidades, anomalías


7 de julio de 2009
Chandra Pol
Udaipur
Día 42
peculiaridades, normalidades, anomalías
Murciélagos, golondrinas y elefantes...

A mí criticar la casa en la que estoy de invitado no me gusta, así que me limitaré a lo inevitable, sólo voy a dejar aquí registrada una lista de peculiaridades, normalidades y anomalías de la vida en la India, tal cual la veo y la escucho.
El sistema de castas es, a la vez, mucho más complejo, más omnipresente y más horrible de lo que yo me había imaginado. La palabra casta la usaron por primera vez los portugueses que se habían establecido en Goa y Bombay y significa lo mismo que en castellano: pura. Pero pura ¿qué? bueno, el sánscrito es mucho más claro y llama a las castas varnas, varna quiere decir color, así que ahí queda más clarito (o más oscurito ¿no?).
Se sabe, la simplificación esquemática divide a los hindúes en cuatro castas dentro del sistema y cayendo a fuera de todo beneficio están los descastados, los parias, los harijans. Al tope del sistema está la casta sacerdotal de los brahmines, luego los guerreros kshatriyás (en el Rajasthán son los Rajput) que eran en la edad media el equivalente a los señores feudales, abajo los comerciantes vaishyas y abajo de todo los siervos shudras, los que ni son empleados como siervos y son despreciados por todos eran llamados parias, los descastados, pero Gandhi acuñó el término más suave harijan, que significa hijos de dios.
Bueno, ese es un esquema no más, pero en la práctica es muchísimo más intrincado, con subcastas, tribus, gremios y, claro, mezclado con todo esto está el más familiar sistema de clases y el dinero, y la política, pero el sistema de castas es preponderante.
Hay un montón de azúcar para echar a la tacita de veneno de este sistema de apartheid, se puede decir que es un sistema práctico porque la gente sabe más o menos lo que le toca ya desde el nacimiento, un sistema de paz social, macanas, si te toca vivir de rentas el sistema va a ser menos amargo, pero si te toca yugar en la tierra del señor, te la regalo.
También es cierto que de los amigos hindúes que me fui haciendo, al menos la mitad detesta el sistema de castas y no es necesariamente la mitad de abajo.
Pero la verdad es que no alcanzo a percibir la verdadera profundidad de toda esta intrincada maraña, no me gusta, no me va a gustar seguramente nunca, pero no quiero ser superficial, llevo sólo un poco más de un mes aquí. Pero gustarme, digamos, no me gusta.
¿qué lugar ocupamos los no hindúes? ninguno. Para los más ortodoxos somos menos todavía que un harijan porque ni siquiera somos indios, pero la cosa es tan loca y suena a veces tan incoherente, que uno que cree eso, que somos despreciables es, al mismo tiempo mi amigo y se alegra muchísimo cuando nos vemos. Debe ser más o menos como yo puedo considerar amigo a un perrito y me alegro al verlo, digo yo, pero no me digas que no es todo una locura. Para otros uno no existe, simplemente, como si uno fuera un fantasma, y para casi todos uno es una fuente de negocio. No me quiero repetir mucho, pero quiero dejar muy claro que en medio de todo esto que suena tan desagradable yo soy tratado con educación y respeto y, diría, cariño, y la paso bien y me siento libre. Pero ellos no son tan libres, están presos de este sistema tan opresivo.
Las cosas llegan a un punto tan extremo que, por ejemplo, un amigo rajput muy ortodoxo me contó que él es amigo de un indio de casta más baja y que, cuando de vez en cuando este amigo de casta baja es invitado a su casa a almorzar, la mujer de la casa debe estar todo el tiempo cubierta y, espanto de los espantos para mí, cuando el amigo termina de comer y se va, la mujer de la casa destruye los vasos y platos que él haya tocado, porque están sucios a tal punto que no se pueden lavar. Es siniestro. Y lo peor es que mi amigo rajput no es mal tipo, es buenísimo, pero para él esa es la normalidad.
Ahora, el sistema de castas se aplica básicamente a los hombres, las mujeres es como si no tuvieran ni casta. Sigo tratando de ilustrar con ejemplos. Un amigo que quiere mucho a su mujer, la trata con total respeto y es muy afectuoso y considerado con ella y tiene predilección por sus hijas mujeres, este buen amigo un día se quejaba amargamente conmigo del sistema de castas, pero terminó diciendo una frase terrible: para mí todos los hombres son iguales, las únicas dos castas son el hombre y la mujer.
Es muy difícil, hasta ahora para mí imposible, comunicarse con mujeres normales de aquí. Digo normales porque los ricos mandan a sus hijos e hijas a estudiar a Europa y los Estados Unidos y con esas personas uno se comunica con total normalidad y sin dificultades. Pero las otras mujeres, las indias normales, no hablan inglés, por ejemplo, aunque sus hermanos o maridos sí lo hablen.
La ciudad está construida sobre una única avenida que la cruza de parte a parte. Sobre esa avenida sólo hay negocios; todo el comercio, que es mucho y muy activo se da sobre esta vía o los primeros cien metros de las calles que la cortan. La entrada a las viviendas está siempre hacia adentro de una especie de patio común a varias casas. Es como si toda la ciudad estuviera formada por pequeños barrios de unas veinte casas. Estos barrios se llaman colonias. Bueno, salvo las mujeres que trabajan en la construcción (en la construcción trabajan familias enteras, marido, mujer y niños), salvo estas mujeres, que caminan atrás de los pobres burritos cargados hasta la extenuación con cascotes, salvo ellas, las mujeres de la ciudad no dejan nunca su colonia. Si la tienen que dejar por algún motivo, van siempre acompañadas. No se me malentienda, la gente parece contenta, las mujeres mismas son gente muy alegre y sonriente, pero creo que no me gustaría esa vida para mi hermana, por así decir.
Antes las mujeres vivían aún más recluidas, dentro de los havelis, enormes caserones donde vivía toda la familia, la familia extendida, se entiende, todos, tíos, abuelas, todos, toda la familia. Dentro de esas casas, que en general son preciosas y frescas, hay patios, fuentes, árboles. Pero de estas hermosas casas las mujeres no podían salir.
En fin, que se entienda esta lista inconexa como una mirada que no puede ser más que superficial por ahora, una lista de impresiones, nada más.




Gordo Kury

No hay comentarios:

Publicar un comentario