domingo, 24 de mayo de 2009

Diem minus quattuor

Estamos en el día minus quattuor del viaje a la India.
Faltan todavía algunas preparaciones.
Veremos cómo se sigue.
Por lo pronto ya tengo la reserva de hotel para la primera semana en Delhi, que pinta espantosa ¡ánimo! El hotelito sin embargo parece interesante, está en un barrio de exiliados tibetanos y frente al río sagrado Yamuná. Es una habitación sin aire acondicionado pero con baño privado, no me puedo quejar.
Hasta ahora fui superando todos los obstáculos que se fueron presentando, así que me siento capaz de prácticamente cualquier cosa... se verá.
Puedo decir casi con seguridad absoluta que soy el primero de mi linaje familiar que llega a la India, por lo menos en varios siglos, esto me impresiona.
Es la tierra con la que más de uno ha soñado despierto, la de Sandokán, Kiplin, Kali, Shiva, la de Gandhi, la del tigre de Bengala, la tierra de los elefantes y las especias.
La única vacuna que me apliqué fue una contra la culpa burguesa frente a la miseria y unas pastillas que me tomé también contra la ingenuidad occidental ante el Oriente. Ahora que lo pienso mejor, más vale que me tome un jarabe para la paciencia con los mosquitos-gorrión y las cucarachas-chiguagua.
Me llevo conmigo la estampita de Nuestra Señora del Perpetuo Asombro, eso sí, para que me ampare en todo momento.

Planes para el primer mes: primera semana en Delhi para aclimatación, primer impacto y matrícula consular ante la embajada argentina.
Primeras filmaciones en las cercanías de la capital, notoriamente el templo de Kajuraho y el Taj Mahal.
Encontrar un buen maestro de sánscrito en Varanasi, antigua Benarés, ciudad sagrada de Shiva, a las márgenes del Ganges, donde los hindúes prefieren morir. Una vez encuentre quien un maestro que me ayude a perfeccionar el sánscrito menos que mediocre que tengo, pienso alquilar un departamento y establecerme por un mes o dos.  
Es verano en la India y esta es una de las ciudades más calurosas, así que tendré que confirmar todo esto in situ.
El resto de los planes para los primeros seis meses es, básicamente, empezar las entrevistas y la filmación del docuental sobre los orígenes del Yôga en Rishikesh y Haridwar; esta etapa durará un mínimo de dos meses y probablemente se extienda más, cuánto más no puedo decir... pero al menos ya hice contactos con personas muy interesantes que pueden resultar importantísimos para el proyecto.
Los siguientes pasos están sólo esbozados porque las variables posibles son tantas que resultaría contraproducente fijarse una agenda estricta, pero, esquemáticamente, me planteo ir hacia el sur por la costa del índico hasta Lothal, el yacimiento arqueológico donde están los restos del principal puerto comercial de la civilización del valle del Indo, que dio origen al Yôga. Según cómo esté la situación política en Pakistán, sería importante acercarse hasta los yacimientos de Mohenjo Dharo y Harappa, pero me parece bastante improbable.
En ese punto ya habrán con facilidad pasado 5 meses y me quedará sólo un mes de estancia legal en la India, por lo tanto ya será hora de preocuparse por renovar la visa por otros 6 meses; seguramente habrá que cruzar a otro país. Según dónde me encuentre, cruzaré al Tíbet o a Sri Lanka y de ahí a Kerala para pasar al menos una semana en las Back Waters y luego a Tamil Nadú, Pondicherry, Madrás (hoy Chennai) y Auroville, donde filmaré el otro documental. 
Esto es lo que me planteo, pero en las previsiones no tuve en cuenta cosas importantes como el Monzón por ejemplo, así que veremos adónde termino y cuándo...

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